sábado, 3 de julio de 2010

MARINA ARRATE (SANTIAGO DE CHILE,1957)

La muerte




La muerte,dice él,es un pozo azul
donde nadan impecables tus ojos
laminando el agua donde viviré
donde vivimos
convertidos en peces suaves
que acarician sus lomos
y lamen sus rostros
y sus vientres amarillos.

La muerte,dice ella,
es una lanza de oro
y nos atravesará
atraída en nuestro imán.



La muerte es un espejo
de hermosos senos
sobre un desierto tan hondo
y tan profundo 
como azul,susurras.

La muerte es una ronda que se cimbra
                      al ritmo
de nuestros cuerpos, me quejo.

Tú eres,me dices,
tú eres,
reconociéndome,
la que se hará con mi nombre
en los tiempos del odio,
de la roja lluvia del odio.

tú me retorcerás
en tu máquina corporal
yo te replico.


La muerte es un cisne
de largo y flexible cuello,
tan graciosa es y delicada,
enamorados,
recitamos.


La muerte es un espejo
que se triza,
y a su orilla prenden fuego
y se inflaman
sus adoradores locos.


Ven,
ven púrpura a besar
el ruedo ardiente de mi manto.

La muerte vendrá y tendrá tu boca.




de Tatuaje,según la versión que consta en Máscara negra-Tatuaje-El hombre de los lobos,Libros de Tierra Firme,Buenos Aires,1996.

1 comentario:

  1. ¡La muerte! ¡Vaya retrimentos! Un suerte de retórica sublimada en pensamiento ora filosófico, ora literarios . Pero, ¿qué hacer? ¿Habrá una definición que la trascienda?
    Discernir, pulular y divagar son temas exclusivos de todos los seres, las definiciones son ahora odiosas, languidecen ante una penetrante visión. ¡Vamos! Una nueva forma de enfrentarla, suscitarla o invocarla o presentarla con el lenguaje ¿será posible? Aunque, fisuras se presenten ¡Creo que alguna vez será así!

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